Este apartamento es el resultado de la reforma completa de un piso antiguo y mal distribuido.
Se eliminaron algunos tabiques y se levantaron nuevos para aprovechar mejor los espacios. Así, la cocina ganó una ventana, un comedor de diario y una zona de almacenaje.
El suelo de toda la casa se revistió de baldosa cerámica con diseño de madera decapada, fácil de mantener y muy resistente al deterioro por el uso.
La pintura de color blanco y los toques de pistacho aportaron luminosidad a toda la vivienda.
Se sustituyeron las puertas y las ventanas, para mejorar el aislamiento y la estética.
En el baño todo encaja al milímetro. El plato de ducha va encastrado a ras de suelo.
El mueble y la mampara se adaptan a las tres paredes, una de ellas la que corresponde a la puerta corredera empotrada.